Una de las cosas que Sofi va a recordar con mucho cariño es cuando su papá le ayudaba a entender y a practicar sus lecciones de piano. Roberto la recoge de su clase y cuando llegan se ponen a practicar, me encanta verlos cómo discuten, practican, hacen tarea, se enojan, se rascan la cabeza cuando no entienden, se ríen a carcajadas y a veces hasta tocan a dueto y se disfrutan, aveces se mandan a volar pero regresan después con más paciencia. Sin duda creo que Roberto es un padre excepcional y sus hijas sabrán valora esto cuando ya estén más grandecitas porque aunque llega cansado, nunca falta a sus responsabilidades de papá. Niñas, hijas mías quieran y amen a su padre y cuando este viejito les pido le tengan la misma paciencia y amor que él les tiene a ustedes ahora que están creciendo y aprendiendo de la vida.
martes, 15 de octubre de 2013
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